Ser adolescente (por lo recordado y vivido) es un asco. Un día estás tan tranquilo, tu mundo está centrado en Pokémon o Lady Bug o los dinosaurios; de repente te llega una inyección de hormonas que te manda a un mundo diferente. Con cambios en la anatomía, chicas, chicos… gente que hasta hace nada pertenecían al decorado de fondo se convierten en lo más importante del mundo.
Por otra parte, Japón vive una crisis demográfica: cada vez hay menos bodas y por tanto, menos nacimientos. En ciertas partes de la población japonesa se ha extendido la idea de emparejarse es una carga, una «inversión» que devuelve pocos beneficios para los gastos que conlleva (regalos, invitaciones, salidas en pareja…) y que te puede dejar en inferioridad, sobre todo si eres chica. A pesar de los intentos, aún es tradicional que las mujeres abandonen sus carreras profesionales al casarse. ¡Las desventajas se acumulan!
No me mires, que nos miramos…
Así que si juntamos todo esto y le añadimos una gran cantidad de humor, tenemos el manga que está editando Ivrea: Kaguya-sama: Love is war, de Aka Akasaka -una reducción del título original cuya traducción sería mucho más larga: «La señorita Kaguya quiere que se le declaren: el duelo de ingenios y amor de dos genios».
Los genios en cuestión son Kaguya y Miyuki; vicepresidenta y presidente respectivamente del consejo estudiantil de su instituto. Educados, inteligentes, atentos, pero una nulidad en temas del corazón. Aceptarán que «la gente» piense que «harían buena pareja», ¡pero jamás de los jamases lo dirán ellos! Es más, inventarán toda serie de trampas para que sea el otro el que «pierda» en su combate intelectual-amoroso declarándose, a pesar de que ambos se mueren de ganas.
…Y dirán todos que nos amamos
Esa es la otra pata de la historia. Al contrario que otros romances pastelosos *tos*Marmalade Boy*tos*, vemos el casi-romance de Miyuki y Kaguya desde fuera. Al publicarse en la Young Jump de Shueisha, indica que su público objetivo no son los adolescentes acelerados de las revisas shonen o shojo. No, acudimos al duelo mental de la no-parejita como si fuéramos los hermanos mayores o progenitores de dos adolescentes. Les vemos tartamudear, meter la pata, empeñarse hasta el punto del absurdo a cosas que no tienen la más mínima importancia (ir al cine, comer en el colegio, ir a clase andando o en coche…)
Lo único malo que tiene es que cualquiera que trate con adolescentes sabe que a la larga, tanto drama se hace muy cansado. Ahora mismo el manga de Kaguya-sama lleva 20 tomos, el anime ha terminado dos temporadas y salvo añadir más personajes y más caos, la situación de la pareja más perfecta que nunca ha llegado a salir junta no acaba de decidirse.
Así pues, si hubiera que resumirlo en una frase, yo diría que Kaguya-sama son los amantes de Teruel a la japonesa. ¿Por qué de Teruel, os preguntaréis? Porque creo que a Kaguya y Miyuki se les aplica lo que se dice de aquellos: tonta ella y tonta él. Adorables tontos, eso sí.
Kaguya-sama: Love is war
Resumiendo
Una comedia romántica sobre dos adolescentes condenados a quererse, pero empeñados en ocultarlo. Resulta muy graciosa al principio, aunque el ir estirando las situaciones puede llegar a hacerla larga…