Madrid Comic Pop Up: ¿hay alguien ahí?

Madrid Comic Pop Up: ¿hay alguien ahí?

No es complicado montar un evento de manga y anime. Lo único que hace falta es dinero. Así debieron pensar en Ifema cuando planeó y organizó la segunda edición del Madrid Comic Pop Up.

¡Organización! Que es la segunda vez…

Si decimos que lo «planeó y organizó» estamos siendo de lo más exacto. De hecho, esa es la clave; con otros eventos (MangaBCN, Japan Weekends) hay organizadores, empresas sin ánimo de lucro (Ficomic) o con él (Jointo) que negocian con los recintos feriales de su zona (Fira de Barcelona, Ifema, Bilbao! Exhibition! Centre…) dónde, cuándo o cómo celebrar el evento. Más de una vez nos hemos visto cambios de fechas o lugares a raíz de estas negociaciones.

Pero en el Comic Pop Up ese paso se ha saltado, ya que es el recinto ferial (Ifema) quien monta el evento directamente. He de suponer que cada vez que otros eventos del cómic en Madrid se celebraron allí, dejaron números de teléfonos y contactos a los que acudir. Y como el año pasado funcionó, por qué no probar este también.

Después de todo, no puede ser muy difícil, como conté arriba. Dices a las editoriales y a las tiendas que montas un evento y que si quieren poner un stand; cobras y te ahorras el intermediario. El trabajo es mínimo y así mantienes la feria abierta en temporada baja antes de la Navidad.

Paisaje lunar

Puede resultar muy cínico, pero viendo las imágenes no puedo imaginar otra cosa. Acudí dos de los tres días y el aspecto en general oscilaba entre «desangelado» y «Antártida» por lo frío y desierto de la zona.

¿Eventos? ¿Autores? ¿Proyecciones? Todas las que llevasen las editoriales y empresas (que fueron pocas). Dos gastronetas cerradas en la explanada delante del pabellón eran mal augurio. Un viernes y sábado por la tarde noche deberían estar llenas de gente que quisiera darle un mordisco rápido y volver a por más, pero no. No está la situación para malgastar luz por si alguien quería hamburguesa a precio de feria (un 20% más del bar más caro).

Travesía por el desierto.

Cruzar la puerta fue ver… la definición de «espacio». Uno podía hacer ejercicio caminando de una isla de puestos a otra. De acuerdo que las aglomeraciones están mal, pero tampoco es para recibirnos con metros de cemento vacío.

Lo más destacado, un «macrostand» de ECC que se tomó la molestia de montar una isla del tamaño de Australia con tienda, mesas para firmas e incluso piso superior para sus autores. Porque ellos sí se molestaron en traer autores. El resto, o vinieron por su cuenta, eran de Madrid, o no vinieron. ¿Autores de manga? Muy bueno eso.

Hablando con una de las pocas librerías que se presentó, me contaron que lo que les cobraba la organizacion por poner su puesto eran disparatado. Añadieron que las pocas contrataciones de «stands» obligaron a Ifema pasar a un pabellón más pequeño. Pero sin rebajar el precio de la entrada para visitantes, ¡14 euros por cabeza!

¿Promoción? Alguien juró haber visto carteles en el Metro, pero en los periódicos gratuitos y sus guías de fin de semana, ni señal del evento. Si acudió público fue por seguimiento a autores o editoriales por las redes sociales, no el trabajo promocional de la organización.

Estamos muy contentos

A lo mejor, tal vez, quién sabe, fui yo. Que llegué justo en el momento peor, me perdí millones de personas entrando y saliendo del pabellón. Pero lo dudo porque incluso en los vídeos promocionales de este año, las tomas son cortas y cercanas. Si subes la cámara se ve el cartón.

«¿Cómo estaba el salón? Abarrotado»

Pero la organización se siente contenta con 23.948 personas, satisfecha y lo llama «gran éxito». Están en su derecho. Han invertido poco y nada y han sacado bastante dinero de las entradas y los puestos. Es un momento tan adecuado como cualquier otro para decir que ExpoManga llegó a tener más de 58.000 visitantes en su mejor edición. Es más, esa cifra de ahí arriba se hubiera considerado un fracaso considerable.

Conclusión, confusión

Lejos ya las luchas mezquinas sobre quién tiene el evento más grande y quién mete más gente en un pabellón (luego pasa lo que pasa), creo que Madrid se merece otra cosa. Los aficionados al cómic, manga, anime, series de televisión se merecen mucho más que un evento montado con el mínimo esfuerzo.

Igual que Barcelona recibe miles de visitantes de fuera para el Salón del Manga, no hay motivo para que mi ciudad de más de seis millones de personas no pueda hacer algo parecido. Y personalmente, me encantaría dar en Madrid las conferencias que doy en Barcelona. Al menos, me ahorraría el viaje en tren.





Autor

Redactor y traductor

Hace mucho tiempo alguien me dijo: "¿te gustaría traducir una serie de dibujos japoneses de esos?" y dije que sí. Nada ha sido lo mismo desde entonces (si no, tendría 20 años menos).

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