Al fallecer su esposo, Umiko, una jubilada de 65 años, se encuentra sola y sin nada en particular que hacer. Sin embargo, acudir al cine después de mucho tiempo sin hacerlo y conocer allí a Kai, que estudia cinematografía, hace que se dé cuenta de lo que quiere hacer en ese momento de su vida: ¡rodar películas! ¿Puede alguien iniciar su carrera dirigiendo a tan avanzada edad?