¿Qué?
Gegege no Kitaro, la adaptación del manga de 1960 de Shigeru Mizuki (1922-2015). Una historia aparentemente infantil que conjuga comedia, acción y terror sobre un yokai (sí, como los de ese videojuego) que intenta mantener el equilibrio entre ambos mundos, a veces defendiendo a humanos de yokais, y otras, intentando que los seres humanos no molesten o abusen de sus congéneres sobrenaturales.
¿Quién?
Kitaro, o como se conoció en un principio “Kitaro el de la tumba” (Hakaba no Kitaro). Basado en un personaje fantástico japonés, Mizuki lo creó con aspecto de niño humano, con el pelo corto, un solo ojo a la vista y vestido con un antiguo uniforme escolar japonés. Suele ser tranquilo, aunque puede enfadarse mucho con yokais o humanos irrazonables. Tiene aliados y amigos para ayudarle en su misión.
Medama-oyaji (“Padre ojo”) El padre de Kitaro, reducido a un globo ocular con patas y brazos. Actúa como consejero de su hijo, ya que conoce a casi todos los yokais.
Nezumi-otoko (“Hombre rata”). Mestizo de humano y yokai, el primer amigo de Kitaro. Siempre pobre y hambriento, no deja de buscar negocios infalibles y empresas poco limpias para ganar dinero y en casi todos los casos, a costa de los demás.
Neko-musume (“Chica gato”). Yokai con forma de chica humana capaz de transformarse en una gata humanoide con unas garras muy afiladas. No soporta a Hombre-rata y sus trucos; siente un flechazo por Kitaro, algo evidente para todos menos para él.
Sunakake babaa, Konaki jij, Ittan momen y Nurikabe. Yokais amigos y aliados de Kitaro, siempre a su lado para luchar contra yokai malvados. Una lanza arena, el otro se convierte en piedra, Ittan y Nurikabe son un rollo de tela y una pared, respectivamente.
Mana. Niña humana, coprotagonista de la serie. Su vida cambia cuando conoce a Kitaro y sus amigos y descubre que compartimos mundo con los yokais. Tiene un papel activo en las aventuras y se hace muy buena amiga de Chica-gato (en especial cuando esta entiende que no quiere “robarle” a Kitaro).
¿Qué me estás contando?
Los mangas están disponibles de la mano de Astiberri, pero en este caso me refiero a su serie de anime, porque Gegege no Kitaro es un clásico de la animación japonesa y ya vamos por su sexta encarnación. 1968 (en blanco y negro), 1971, 1985, 1996, 2007 y 2018 han visto las aventuras de Kitaro y sus aliados. Por no hablar de series de acción real, películas, videojuegos… Antes de que Goku, Luffy, Naruto, Ranma, Sailor Moon o Conan existieran, los japoneses ya conocían a Kitaro.
Ahora, volviendo sobre el anime en sí, las series anteriores se pueden considerar perdidas en un confuso lío de derechos y catálogos. Quitando una edición en DVD de su película, hace mucho tiempo, Kitaro está inédito en nuestras costas, aunque hay una edición en español latino (ETC TV de Chile). Afortunadamente, la última encarnación animada de Kitaro, la de 2018 (97 episodios), está completa y disponible en el servicio de “streaming” de Crunchyroll.com ― eso sí, solo subtitulada.
¿Episodios favoritos? Recomendados especialmente el primero “El día en que despertaron los yokai” (para conocer a esta encarnación de Kitaro), el 7 “Tren fantasma” (un clásico que ha aparecido en todos los animes anteriores) y el 20, “Recuerdos de las yoka”, sobre cómo convivir con el pasado.
¿Por qué?
Porque si os gusta la mitología japonesa, aquí hay decenas de seres fantásticos. El mismo Shigeru Mizuki fue un estudioso de las historias sobrenaturales y todos los monstruos y yokais están basados en leyendas y tradiciones locales.
¿Preferís las historias de miedo? El anime de Kitaro puede ser bastante aterrador, no solo por los yokais (“bocadillo de humano” es un menú aceptable para algunos), sino que los humanos pueden llegar a ser bastante terroríficos.
Porque la mayoría de las historias son autoconclusivas y perfectas para pasar un rato, aunque también hay arcos argumentales argumentales largos (como la conquista tanuki, la invasión de Backbeard y los yokai occidentales, el misterio de Nanashi…). Se pueden ver una decena de episodios y no nos dejarán con los dientes largos, porque ya está terminada.
Porque aparte de entretenernos con mitos japoneses y cuentos de fantasmas con una dosis de humor y acción, Gegege no Kitaro también nos hace pensar.
¿Cómo?
Entre los temas que ha tratado están los “youtubbers” pesados, el acoso escolar. el envejecimiento de la población japonesa y el abandono del campo, el legado de la Segunda Guerra Mundial, la crisis de los refugiados, la explotación laboral, la contaminación, la promoción de la belleza por encima de todo ― discriminando a quienes no encajan, los fallos del sistema educativo, la dificultad de la convivencia entre grupos con costumbres distintas… No nos dan finales con moraleja incluida: “¿Veis, amiguitos? Discutir no es bueno”, sino que los mensajes se presentan en toda la obra y desde luego, no son sutiles a la hora de llamar la atención sobre ciertos temas con los que no se atrevería ningún estudio occidental y mucho menos con una obra “infantil”.
¿Por qué no?
Gegege no Kitaro tiene un problema en ambos extremos: es una serie infantil demasiado “traumática” para niños pequeños ― es mejor que la vean en compañía de adultos, porque pueden llevarse un susto con ciertas escenas y monstruos. Y por otra por otra parte, sigue siendo una serie demasiado “infantil” para quienes busquen una serie de terror, como las de Junji Ito. Al final los buenos ganan… casi siempre; lo que no significa que todas las consecuencias sean positivas.
Porque esta serie de Kitaro sustituyó a Dragon Ball Super en la parrilla, lo que enfureció a algunos. Yo me cuidaría de irritar a un icono de la animación japonesa que vive entre las sombras. Precisamente, ahí, justo detrás de ti…
¿Qué más me ofreces?
Una recopilación de openings de Kitaro desde 1968, reunidos en un solo vídeo.