Todos los autores de manga creen poseer una fórmula ganadora que les dará fama y fortuna cuando estrenan sus mangas. Pero cuando el público no responde bien a la jugada es necesario cambiar el rumbo y la fórmula maestra suele dejar paso a la acción a raudales. Y en nuestras librerías tenemos unos cuantos ejemplos de estos cambios:
Misión: familia Yozakura, de Hitsuji Gondaira
El gracioso comienzo
Los primeros episodios se centran en Taiyo y cómo intenta sobrevivir a su familia política, donde entrenamientos absurdos y profesores bienintencionados son sus mayores enemigos. Una narración de humor con toques conmovedores y algunas peleas.
Llegan las tortas
El secuestro de Mutsumi lo cambia todo. Taiyo se convierte en un héroe de acción, hay explosiones por todas partes y los Yozakura descubren tener poderes secretos que no dejan de aumentar. Los enemigos son superorganizaciones secretas o el mismo pasado de la familia.
Mashle, de Hajime Komoto
El gracioso comienzo
Como parodia de Harry Potter, Mash afronta retos mágicos y los soluciona con sus poderosos músculos. En vez de magia de levitación, salta mucho; en lugar hacer hechizos con la varita, usa la varita como palanca. En vez de maldiciones, puñetazos.
Llegan las tortas
Las primitivas parodias de los personajes de Harry Potter dejan paso a enemigos más encarnizados con peores intenciones y combates más feroces. Mash se mantiene impasible al mundo mágico y de vez en cuando hay alguna reacción humorística, pero la lucha aumenta de nivel y ahora mismo el destino del mundo mágico recae sobre sus hombros. Lo bueno del cambio de género es que el dibujo ha mejorado considerablemente, como señalamos en nuestra reseña.
Sakamoto Days, de Yuto Suzuki
El gracioso comienzo
Asesino se retira, se casa, tiene familia y echa kilos. Antiguos colegas aparecen y Sakamoto se las ve y se las desea para mantener su nueva vida a salvo de la vieja. ¡Que no se entere esa policía pesada o, peor aún, su mujer!
Llegan las tortas
La agente desaparece casi al instante 3y el supermercado pierde importancia. A cambio tenemos hordas de asesinos, mafiosos, francotiradores y más gente con el hábito de sajar, perforar o reventar partes corporales. De persecuciones en galerías comerciales a luchar en trenes contra asesinos cibernéticos y ancianos que musitan en voz baja antes de cortar lo que sea con un tajo de la espada.
Undead Unluck, de Yoshifumi Tozuka
El gracioso comienzo
Gafe (Fuko) conoce a inmortal (Andy). Una pareja unida por sus circunstancias: ella quiere dejar de poner en peligro a quienes le rodean y él quiere morir de una vez. El alocado primer episodio nos anunciaba una comedia gamberra, mucha destrucción exagerada con algo de «fanservice» (Andy está muy dispuesto a aumentar «el roce de la piel»). Los enemigos, una especie de conspiración pseudogubernamental dispuesta a todo para capturarlos.
Llegan las tortas
El cielo nocturno sobre el lago Baikal, apenas un par de episodios después, nos confirmó que el mundo de Andy y Fuko no es el nuestro. Un mundo en bucle, organizaciones que combaten contra personificaciones de elementos, conceptos e incluso estaciones. El gamberrismo desaparece y su lugar lo ocupan dramas personales, viajes en el tiempo, batallas estratégicas, dioses que juegan con el destino del universo.
El punto final
Al abrir alguno de los últimos tomos de estos mangas nos los encontramos repletos de acción y peleas a raudales; el hecho que nacieran en forma de comedia y hayan logrado sobrevivir es una prueba de su calidad. Porque si cambiar de género por acción fuera suficiente, no hubieran cerrado las decenas de series que también intentaron esta jugada –como hemos visto en nuestra sección de Manga Plus.
Y es que no todo el mundo sabe cuándo dejar de contar chistes.