EL NUEVO EVANGELION
Este artículo se basa exclusivamente en el anime, a la venta de la mano de Selecta Visión y disponible en Netflix. Y tiene un gran componente subjetivo.
Empieza como muchas otras series: con una buena idea. Pero, desgraciadamente, de nuevo como muchas otras series pronto demuestra que eso no es suficiente.
En este caso además resulta evidente a los muy pocos capítulos, pues rápidamente te das cuenta de que el transcurso de la historia es leeeeeeeeeennnnntttttooooooo, a veces llegando incluso a cotas absurdas de preguntas trascendentales y análisis interior. Al fin y al cabo, ¿cómo se come que cuando un gigante te vaya a aplastar te pongas a analizar si el mundo es justo o si qué has hecho tú para merecer esto? Pues nada, media hora de introspección entre que el gigante empieza a bajar la mano y que la situación finalmente se resuelve, sólo falta que alguna vez se quede a medio para el capítulo siguiente y ya sería como un partido de Campeones.
Es de esas series que se basan en ofrecerte un misterio e ir dándote información poco a poco, algo que en una película o serie corta suele dar muy buen resultado, pero en este caso se pasan y te acabas cansando. Salvando las distancias, otra serie a la que le pasa algo parecido, por si queréis una referencia, sería Gantz. Y claro, Evangelion, que aunque en su día el sector más friki del mundillo la defendiera como una obra maestra, no deja de ser un coñazo de serie con tanta instrospección y tanta pregunta trascendental.
Y en realidad ahí debería haber terminado todo, con un aviso de que no conozco a casi nadie que haya pasado del episodio 11 o 12 (algunos en realidad la abandonaron antes), pero Selecta Visión en general y Manu Guerrero en particular siempre me han tratado bien, y sentía que les debía algo, así que hice de tripas corazón y me dispuse a sacrificar mi valioso tiempo libre terminando la serie.
En honor a la verdad la vi “en segundo plano”, cuando estaba escribiendo algo o trabajando la ponía de fondo, pero gracias a eso fui avanzando y… ocurrió. De pronto algún personaje empezaba a caerte medio bien, la banda sonora a base de repetirse comenzaba a gustarte, y quizá debido a que los propios responsables se dieron cuenta de que ese ritmo tan ridículamente lento (o no, esto es una suposición/invención mía) no hacía más que espantar a los espectadores, las cosas empezaron a ocurrir más deprisa.
Así que ahí me encontré yo, con la sorpresa de que, de pronto, algo que parecía ser el nuevo Evangelion resultaba ser una serie más o menos interesante.
Tampoco os voy a engañar, me costó más de 20 capítulos empezar a verle algo de atractivo a la serie, y lo cierto es que cuando sin haber resuelto el misterio de los gigantes parece haber un nuevo arco argumental a base de intrigas de poder estás a punto de mandar la serie a la mierda, pero al menos sí puedo deciros que la serie no es un coñazo total, sólo tienes que echarle algo de paciencia hasta cogerle el gusto (por ejemplo, empiezan a saberse cosas hacia el capítulo 40).
Ah, sí, la serie va de que la humanidad lucha desesperadamente contra unos gigantes comilones que, sin que nadie sepa cómo o porqué, aparecieron un día y diezmaron a la población hasta reducir y confinar a los seres humanos a unos pocos núcleos urbanos amurallados (de hecho la serie rebosa sangre y muerte). Aunque de vez en cuando hay algo de acción, tiene mucha introspección y mucha discusión filosófica, y la gracia principal está sobre todo en descubrir el secreto de los gigantes (pero no esperéis conocerlo en el capítulo 2 o 3…).
Quien quiera más datos en plan autores, detalles técnicos, etc, internet es vuestro amigo.