Tras enfrentarse cara a cara con él, Daigo ha conseguido salvar la vida por los pelos. Por otra parte, una escuadra de policía fuertemente armada se adentra en Kuge y Kanamaru tiene la confianza de que va a tomar el control del pueblo. Todo va según el plan, pero para su desgracia aquel hombre se encuentra allí. Una vez que surge la violencia, esta no hace más que intensificarse. ¡Un desenfrenado séptimo volumen en el que todo estalla!
