Tras meses de pandemia, donde los eventos se habían cancelado y sin saber si podrían continuar de la manera en la que los conocemos, por fin los aficionados (y yo misma) pudimos volver a disfrutar de la Japan Weekend en esta nueva normalidad.
Tras el anuncio de esta nueva edición, había gran expectación por poder adquirir las entradas, ya que era evidente que serían limitadas debido a las restricciones de aforo. Tuve la suerte de poder asistir los dos días del evento, el fin de semana del 25 y 26 de septiembre del 2021, a Madrid.
A pesar de que ya habían celebrado eventos en diferentes ciudades de España, Madrid suele ser una fecha señalada de las Japans Weekends que se celebran, en la que se desplazan aficionados de todas partes del país; por tanto, suele ser también uno de los más numerosos. En este caso tampoco fue muy diferente. La organización vendió entradas anticipadas por internet, que se agotaron a las pocas horas. En principio estas entradas tenían un horario de acceso para entrar al recinto, pero más adelante eliminaron este requisito. Por tanto, a primeras horas de comenzar el evento, se formaron largas colas, que se solventaron abriendo dos vías de entrada para evitar la acumulación de gente.
Una vez dentro del recinto, por supuesto, era obligatoria la mascarilla en todo momento y había personal de seguridad pendiente de cualquier contratiempo, preparados para llamar la atención a todo aquel que se saltara las medidas de prevención. Sólo estaba permitido retirar la mascarilla en las zonas habilitadas para comer, en las que había dispuestas mesas con sillas con las debidas separaciones entre unas y otras.
Por otro lado, en los pabellones 12 y 14 de Ifema, donde tuvo lugar el evento, había espacio suficiente para que los aficionados pudieran disfrutar de los stands, de las actividades (con participación limitada), asistir a las conferencias y a las funciones con medidas de seguridad con un distanciamiento mínimo. Aún así, era común ver alguna que otra aglomeración de gente en algún stand y, sobre todo, frente al escenario principal. Hubo un momento que había tanta gente en uno de los pabellones que tuvieron que cortar el acceso, colocando un guardia de seguridad que solo permitía entrar a medida que la gente iba saliendo.
En cuanto a las actividades más populares, como es el Idol Fest o los concursos y pasarelas de cosplay, este año post pandemia la participación quedó bastante floja. Sin apenas participación en el concurso de cosplay, con tan solo una actuación, y destacando la pasarela como actividad principal del domingo, en el que los participantes solo desfilan con sus trajes por el escenario. Aún así, el público se entregaba con ganas e ilusión con cada actividad que desarrollaban en el escenario principal; en numerosas ocasiones se pudo oír los aplausos y vítores desde la otra punta del pabellón.
Como conclusión tras este fin de semana, puedo decir que poco a poco vamos recuperando la normalidad, y las convenciones de manga y anime no son una excepción. En este caso, la Japan Weekend ha querido ser de los primeros en dar el paso, extremando las medidas de seguridad y teniendo mucho cuidado para que poco a poco los eventos vuelvan a ser lo que solían ser. Pero, para ello, también requieren de nuestro apoyo y responsabilidad, sobre todo a la hora de acudir a ellos, en los que la mascarilla será el complemento estrella durante al menos unos meses más. Pero, como he dicho, poco a poco se va viendo la luz. Esperemos que durante los próximos meses sigamos disfrutando de muestra pasión en jornadas como esta con la sensatez y el cuidado oportunos.