Al igual que los recientes acuerdos políticos, en la redacción de Mangaes también hemos tenido durísimas negociaciones para llegar a concordar una lista de los mejores largometrajes de Ghibli, que se puede utilizar como recomendación para nuestros lectores, aprovechando que se encuentran en cierta plaforma digital. Así pues, aquí están las 10 mejores películas de Ghibli, de mejor a «no tan mejor».
1. La Princesa Mononoke
Pocas dudas ha habido con esta película, puede que la más perfecta de Ghibli y por ende, de Hayao Miyazaki. Una maravilla de la animación en 2D, una magnífica banda sonora de Joe Hisaishi ―superando todos sus trabajos anteriores― que narra una historia de expiación, venganza, esperanza y desesperación que nos toma desde el principio y no nos suelta hasta el final. Unos personajes tremendamente humanos por sus imperfecciones: crueles y comprensivos, generosos y egoístas al mismo tiempo. Una feroz lucha entre humanos (encarnada en Lady Eboshi) y naturaleza (personificada en San) que puede provocar la destrucción de ambos, vista desde los ojos de Ashitaka, que busca librarse de su maldición.
2. El Viaje de Chihiro
La obra que descubrió Ghibli al resto del mundo que aún no lo conocía, ganadora de un Oscar™ y otros premios internacionales. El viaje de Chihiro puede parecer en principio una historia con aires de cuento de hadas clásico, con una niña perdida en un mundo mágico donde hay dioses, brujas, seres fantásticos, pruebas y desafíos. Y, sin embargo, es una historia de cambios y transformaciones (no solo físicos) y cómo nos adaptamos a ellos, ya sean los de una mudanza a otra ciudad o de trabajar en una casa de baños para espíritus.
3. El Castillo Ambulante
por Karla
Si tenemos que elogiar escenarios y personajes bien construidos en el imaginario del Estudio Ghibli, El castillo ambulante estaría entre aquellos que más complace y asombra a los seguidores del trabajo de Miyazaki. Adapta visualmente la novela de Diana Wynne Jones, mostrándonos al chico más atractivo y contrariado con su propia naturaleza; Howl, así como a Sophie, una protagonista fuerte, femenina, y dispuesta a recuperar aquello que le fue arrebatado. Cuenta, además, con una banda sonora y una animación exquisita. A quienes gusten de los romances sutiles, de la magia, y los personajes carismáticos encontrarán en este filme un espacio de deleite.
4. Nausicaä del valle del viento
Está bien, admitimos que es un poco de trampa porque técnicamente Nausicaä no es una obra de Ghibli; se estrenó en 1984, un año antes de la creación del estudio. Basada en el manga del mismo Hayao Miyazaki ―acabado en 1994― nos presenta un futuro postapocalíptico donde los humanos son una minoría amenazada. Aquí veremos por primera vez lo que después serán características de Ghibli: una excelente factura técnica, guiones donde se nos habla de ecología, respeto, pacifismo y personajes muy humanos. La misma Nausicaä será el primer ejemplo de las “heroínas Ghibli”.
5. Mi Vecino Totoro
Es evidente que esta obra no podía faltar, no en vano el mismo Totoro forma parte del mismísimo logo del estudio Ghibli. Una película fantástica que nos mete en el mundo de la infancia, cuando somos capaces de ver espíritus y magia por todas partes y, a la vez, los hechos más pequeños pueden ser terribles tragedias. Magia aparte, Totoro es también otra historia de cambio y adaptación, en este caso la mudanza de la familia de Satsuki y Mei al campo, un nuevo mundo con nuevas reglas donde todos tendrán que adaptarse, incluyendo los espíritus del bosque.
6. Porco Rosso
En su momento Hayao Miyazaki llegó a considerarla su obra final, un pequeño filme para los vuelos de la JAL, así que quiso meter todo lo que le gustaba, incluyendo los hidroaviones (no en vano es un aficionado a la aviación). Un homenaje a las películas de aventuras que también es la historia de redención de Marco Porcellino, el piloto convertido en cerdo. Todo ello acompañado de unos paisajes impresionantes, unas escenas de acción que quitan el hipo y una banda sonora con temas que nos evocan una época (los años 30 del siglo XX) y el sol mediterráneo (vale, adriático).
7. Nicky, la Aprendiz de Bruja (El servicio de reparto de Kiki)
Una historia mucho más cotidiana y cercana a la tierra… aunque sea la de una brujita que vuela en escoba a la gran ciudad para buscarse la vida y recorrer el siempre difícil paso de la infancia a la edad adulta. Sin villanos, ni amenazas, es una película mucho más reflexiva. Por cierto, el cambio de «Kiki» a «Nicky» se debió a un antiguo contrato de distribución entre Ghibli y BuenaVista (Disney) que concedió ciertos poderes a la distribuidora, entre ellos modificar nombres y diálogos o añadir metraje (en la versión original hay menos diálogos y Jiji en particular hablaba mucho menos).
8. (Laputa) El Castillo en el Cielo
por Lázaro Muñoz
Otra película de Ghibli con un castillo en el título, pero esta es la que venía justo después de Nausicaä, y es casi tan buena como ella, ya que la historia de la chica con una misteriosa piedra que le permite flotar y a la que persigue casi todo el mundo pronto se llena de magia (ciencia, en realidad) y resulta bastante bonica.
Película de aventuras clásica, de las de toda la vida, con todos los componentes tradicionales (amor, humor, acción…).
9. Susurros del Corazón
por Lázaro Muñoz
A una chica le encanta leer, y de pronto se da cuenta de que todos los libros que coge de la biblioteca se los ha leído antes que ella el mismo chico. A partir de ahí, la adolescencia, el despertar de los sentimientos, el primer amor, las decisiones vitales, dejarlo todo para seguir tus sueños… Y contado de forma no demasiado ñoña ni pastelosa.
Una buena película sobre los primeros amoríos adolescentes y sus consecuencias.
10. La Tumba de las Luciérnagas
por Karla
Filme antibélico indispensable para la humanidad. Basado en la novela biográfica de Akiyuki Nosaka, nos sumerge, de manera realista, en la vida de los hermanos Seita y Setsuko, durante el Japón de la posguerra. Isao Takahata, el otro genio de Ghibli, nos plantea una animación sólida, con una paleta de colores que transmite de forma dramática lo que acontecerá en el desenlace. Recorremos con la mirada los caminos más dolorosos por los que un niño pueda transitar. El diseño de personajes nos enternece y conmueve hasta las lágrimas. Takahata nos lleva a la reflexión no solo por la crudeza de la premisa, sino por la maestría con que es narrada toda la secuencia gráfica toma a toma.
Conclusiones y un extra
Sí, soy consciente de que obras muy reconocidas se han quedado fuera de las diez mejores, aunque hay que reconocer que algunas, por muy poco. Que cueste trazar la línea y duela dejar fuera a alguna película, dice mucho de la calidad del estudio Ghibli. Para compensar una parte, nuestra colega Karla ha querido hacer un reconocimiento a una de sus favoritas.
Recuerdos del ayer (Omoide Poro Poro)
En contraposición al lado fantástico y mágico que Ghibli nos presenta usualmente en sus filmes más exitosos, Isao Takahata nos muestra una versión más realista de la mujer japonesa de los años 80. A través de la cinta somos testigos del descubrimiento personal de Taeko, quien rememora su niñez. El director nos transmite fina y sutilmente, cierta frescura de ritmo pausado, profundo que se hace efectiva en combinación con la paleta cálida que nos revelan los campos de azafrán. Nos expresa una vez más su visión sobre la vida y la naturaleza. El diseño de personajes y sus expresiones tienen una marcada diferencia con otras películas de Ghibli. Una joya infravalorada que más personas deberían de contemplar.
Pero todo es discutible, ¿estáis de acuerdo con nuestra clasificación? ¿Cuál falta o… sobra, a vuestro entender? Por suerte, estamos en verano, y ahora todas estas películas (¡y las que no han entrado! Arrietty, Pompoko, Ponyo…) las tenemos disponibles en nuestros televisores, sin necesidad de rebuscar por tiendas o mercadillos. Aprovechad los meses de verano para poneros al día con Ghibli o redescubrir viejas historias. Por mi parte, voy a irme de vacaciones al Adriático de Marco, Fio, Gina y los Mamma Aiuto…