Coincidiendo con el día 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, en Mangaes hemos querido aportar nuestro granito de arena destacando a las que consideramos mangakas muy interesantes dentro del mundo del manga, sin importar la demografía en la que trabajen. Esta pequeña recopilación está realizada según los criterios de nuestros redactores y en ningún caso se queda en estas autoras, puesto que el manga es un estilo tan amplio y con tal cantidad de autores que sería imposible hacer una recopilación de todas las mujeres.
La lista está ordenada alfabéticamente, de manera que la posición no implica que consideremos a una mejor que otra.
Hiromu Arakawa
De las autoras que más obras se han licenciado en España tras el éxito de Fullmetal Alchemist. Hiromu Arakawa se crio en una granja y, por ese motivo, se suele representar a sí misma con el dibujo de una vaquita. Su debut como mangaka fue en el año 1999 con la publicación de Stray Dog. Poco después, en el 2001, comenzó la publicación de su serie estrella: Fullmetal Alchemist. Tras esta serie, que fue un gran éxito tanto en Japón como en el mundo entero, con dos adaptaciones de anime y una película de imagen real, Arakawa se consolidó como autora y tras su finalización comenzó con su segunda serie de éxito: Silver Spoon, una serie más realista y en la que plasma toda su experiencia de lo que es vivir en una granja. Además, ha participado como dibujante en el manga de Hero Tales y en la adaptación al manga de la serie de novelas de Yoshiki Tanaka, La heroica leyenda de Arslan.
La editorial que publica las obras de Arakawa en España es Norma, que tiene publicado prácticamente todo el catálogo de la autora, entre los que encontramos: Fullmetal Alchemist (edición normal y kanzenban), Hero Tales, Silver Spoon, Aristocracia campesina y La heroica leyenda de Arslan. Las obras de Arakawa están catalogadas, la gran mayoría, como de género shônen y tiene también un estilo muy particular y fácilmente reconocible, con personajes que a veces parece que repite en diseño de un manga a otro.
Akiko Higashimura
Resulta muy difícil señalar a una autora sobre otra en cuestión de calidad, ya que Japón produce diversas voces femeninas en lo que se refiere a la producción gráfica y narrativa, emitir un juicio de este tipo seguro sería parcial, sesgado. Al pensar en autoras que tienen una voz propia, deslumbrante y que representan con fuerza lo femenino, recordé a Akiko Higashimura, mangaka que ha conquistado a sus lectores con historias como Kuragehime, la cual se volvió muy popular gracias a su adaptación animada de 2010.
De Higashimura sabemos, gracias a Naoki Urasawa y la entrevista que le hizo para su serie documental Manben, que es una lectora de manga desde su infancia, donde creció con la lectura de las historias publicadas en la eterna revista para niñas: Ribon de Shueisha. Posteriormente iniciaría sus estudios enfocados al arte desde la secundaria hasta su etapa adulta. Sería hasta sus 23 años que debutaría como mangaka en la revista de corte seinen, Shukan Morning.
Nominada al premio Taisho desde 2008 por obras como Kuragehime, Mama wa Tenparist en 2009, Omo ni Naitemasu en 2011 y finalmente acreedora al galardón en 2015, por el manga autobiográfico Kakukaku Shikajika, que cuenta su camino como estudiante de artes para convertirse en mangaka, en 2017 volvería a estar nominada con el título de Tokyo Tarareba Girls.
La amplitud de su trabajo se resume en ser una de las creadoras que más páginas produce durante sus años de trabajo, además, es una artista sólida, que ha trabajado en la realización del webtoon Fake Affair para la plataforma coreana Webtoon de Naver, demostrando que es una adicta a su trabajo como creadora y que ideas para desarrollar le sobran.
Su estilo logra conectar con aspectos sumamente actuales. Plasma en sus viñetas protagonistas excéntricas que reflejan mujeres únicas, reales. Sus personajes parten de diversas motivaciones dentro de la historia, ya que no se concentra en el componente amoroso como único punto de interés en la trama. La sensibilidad de cada una de sus protagonistas representa con elegancia y comicidad el sello distintivo de su obra. Cada página que hace y cada diseño de personaje está lleno de versatilidad. El estilo y presencia de los personajes, creados por Higashimura, es evidente en el tratamiento de la moda que porta cada personaje, ya que no solo brinda variedad gráfica sino un entendimiento de la sociedad, patente en lo que visualmente proyecta cada vestuario, así como el trazo de la autora en la expresión corporal y facial, de cada figura. La misma Higashimura es una fashionista con un gusto impecable que ha volcado parte de su estilo en su trabajo como mangaka.
Por fortuna Planeta ha licenciado Tokyo Tarareba Girls en el Salón del Manga de Barcelona del 2020, por lo que ya se podrá disfrutar de una licencia de esta magnífica autora, que tanto hacía falta en el mercado español.
Rumiko Takahashi
Probablemente, la mejor mangaka de toda la historia, con respeto a pioneras como Yumiko Igarashi y Riyoko Ikeda. Desde el mundo de las revistas «shonen» ha ido construyendo una carrera que empezó en los años 70, como pudimos ver en El Espejo. Takashi ha tocado todos los palos y géneros: desde la comedia absurda de Urusei Yatsura (Lamu) al terror con El bosque de la sirena, pasando por el romanticismo de Maison Ikkoku, la acción de Ranma 1/2 o los combates épicos de Inu yasha, triunfando en cada uno de ellos y dejando personajes que ya son parte de la historia del manganime.
Las heroínas de Rumiko Takahashi, lejos de ser las muñequitas encantadoras de revistas «shojo», son únicas e inconfundibles y más de una vez han salvado la situación, Kyoko, Akane (más Ranma en el 50% de las ocasiones), Lamu, Kagome o Sakura, todas son dueñas de sus vidas, capaces de hacer frente a distintas amenazas por su propia cuenta.
Su carrera ha abierto el camino a otras autoras como Arakawa o Gotoge para lanzarse a conquistar el mundo del manga lejos de las fronteras artificiales de las demografías. E incluso sigue publicando hoy en día; su obra más reciente, MAO, ya está licenciada de en los EE.UU.
Yuu Watase
Yuu Watase es una autora japonesa que ha tocado varios géneros diferentes, pero es conocida especialmente por sus obras shôjo. Debutó en Japón en 1989 con Pajama de Ojama, y desde entonces se convirtió en una autora muy productiva, con obras tan conocidas en el mundo del manga como Ayashi no Ceres y, sobre todo, Fushigi Yūgi. En España se trajeron muchas de sus obras tras el éxito de estas dos series, publicadas por Glenat, que luego se convirtió en EDT. Tras la desaparición de esta editorial, que dejó sin publicar el último tomo de Fushigi Yūgi Genbu Kaiden, Watase despareció del mercado español, hasta que ECC Cómics licenció su obra Sakura Gari, quizás la obra más cruda de la autora. Actualmente, Watase tiene varios frentes abiertos, con la continuación de sus obras Arata Kangatari (de estilo shônen) y Fushigi Yûgi: Byakko Senki.
El estilo de Watase es muy reconocible, basado en personajes con rostros ovalados o casi redondos en el caso de las mujeres, con personajes alegres y despreocupados, con historias que tiran siempre a la fantasía, el romance y la aventura. Una autora que ojalá que podamos volver a ver en el mercado español con reediciones de sus obras más famosas, o, incluso, apostando por las que nunca llegaron a aquí.
Ai Yazawa
Ai Yazawa es una de las mangakas con mayor éxito en la historia del manga, y lo ha conseguido a través de obras de género shôjo y josei, donde las mujeres son las protagonistas sin discusión. Comenzó a publicar con tan sólo 17 años y desde bien joven desarrolló una consolidada carrera, como demuestran la popularidad de títulos como Tenshi Nanka Ja Nai (No soy un ángel), Gokinjô Monogatari (Historia de un vecindario), Kagen no Tsuki (Last Quarter) Paradise Kiss y, por encima de todos, NANA, el manga josei más vendido de la historia de la editorial Shueisha pero que, tristemente, está en hiatus desde 2009 debido a una enfermedad que padece.
Admiradora declarada del cantante japonés Eikichi Yazawa, (de ahí su seudónimo), las obras de Yazawa se caracterizan por su contenido dramático, dado que sus protagonistas son mujeres y adolescentes, con sus preocupaciones y relaciones personales, al mismo tiempo que le da un peso importante a la moda tanto en sus diseños como en sus historias. Ello se pone de relieve en el pequeño universo que crea con sus obras No soy un ángel, Historia de un vecindario y Paradise Kiss, dado que sus personajes se entrelazan y maduran a través de ellas. Una autora con un sello propio, y que esperemos que regrese para finalizar NANA y contarnos nuevas historias.
En nuestro país, la mayoría de las obras de Yazawa han sido publicadas por Editorial Planeta, como Marine Blue, NANA, Last Quarter, No soy un ángel e Historia de un vecindario. Paradise Kiss publicada por la Editorial Ivrea y Princess Ai por Ediciones B.