La fascinación japonesa por la tecnología y los robots no es algo nuevo. Ya desde principios de la era Meiji (1868-1912) encontramos obras donde aparecen los predecesores de los «mechas»: ciudades gigantes, móviles y armadas con rayos, androides y submarinos capaces de volar y equipados hasta con taladros capaces de atravesar cualquier cosa. Incluso en plena Segunda Guerra Mundial, un chiste de periódico mostraba a un robot gigante destruyendo Nueva York.
Pero una vez llegados al Japón actual, las obras de robots han tenido cinco hitos que transformaron la historia de este género de ficción tan japonés para siempre. Herramientas, gólems, máquinas de guerra…los «mechas» han pasado por muchas fases, a partir de estas obras que os presentamos.
Tetsujin 28Go: el robot controlado
Tetsujin 28 no fue el primer robot del manga y anime, pero sí que fue el primero controlado por un humano. Los robots que habían aparecido antes, como Astro Boy o Ambassador Magma, eran robots con consciencia propia (ahora «inteligencia artificial») capaces de tomar sus propias decisiones.
En cambio, Tetsujin 28 era una máquina controlada por Shotaro Kaneda, un niño de diez años, hijo de su creador y también un famoso detective tokiota. Tetsujin 28go («Hombre de hierro nº.28») era un robot creado en un principio para la Segunda Guerra Mundial, reconvertido para uso civil.
El manga fue creado en 1956 por Mitsuteru Yokoyama (quien también crearía a otros robots icónicos, como Babel II o Giant Robo) y fue también una de las primeras series de anime que se realizaron, aún en blanco y negro, en 1963.
Pero su versión más popular en el extranjero es el anime de 1992, Tetsujin 28 FX, que Antena 3 emitió (de manera bastante aleatoria) como Iron Man 28. En esta versión, Shotaro era un agente de la División anti-crimen robótico de la Interpol, que dirigía al Iron Man a través de un control remoto que llevaba en una maleta.
Mazinger Z: el robot pilotado y heroico
El siguiente paso, y quizás el más importante, en la evolución de los mechas lo dio Go Nagai en 1972 con su creación más conocida, Mazinger Z.
Se ha dicho que Nagai inventó el género de «superrobots», con tres cambios fundamentales a lo que se había hecho hasta el momento:
- En primer lugar, puso al piloto dentro del aparato. Koji Kabuto pilotaba a Mazinger desde su interior, no desde fuera como un coche teledirigido.
- Le dio a Mazinger Z sus icónicos ataques y armas. Iron Man nº.28 era una máquina, pero solo contaba con su su tamaño y fuerza para luchar contra sus enemigos.
- Lo hizo parte de un equipo. Mazinger Z ya no estaba solo, sino que tenía a su lado a otros robots (como Afrodita A) y sus pilotos, así como a un equipo técnico-científico de apoyo. Desde entonces, los protagonistas fueron parte de organizaciones, normalmente más científicas que militares (aunque depende de la serie).
Por otra parte, aunque Mazinger sea una máquina, está destinada a un personaje en particular. Nadie se imagina alguien que no sea Koji dirigiendo al gigante de hierro. Protagonista y máquina heroica están unidas por un mismo destino y una misión personal; normalmente vengar la muerte de un padre o defender a los suyos.
Una prueba de la trascendencia de Mazinger Z es su permanencia en el tiempo. Ha habido distintas adaptaciones al anime desde la primera de 1972. Y esta misma incluso llegó a España a finales de los años 70 y causó el primer boom del anime*.
Después de su estreno, el mismo Go Nagai ha continuado el «universo Mazinger» (con Great Mazinger, Grendizer…) . E incluso ha reescrito la historia en otros universos y situaciones; por ejemplo, en la serie God Mazinger, Mazinger era la estatua de piedra de un dios.
* (esta primera emisión fue cancelada por RTVE, al parecer, por protestas de asociaciones de padres).
Getter Robo: el robot transformable
El siguiente paso también lo dio Nagai, esta vez en colaboración con Ken Ishikawa, dos años después con Getter Robo.
Aquí la novedad no está en el manga, sino en su versión anime: el robot deja de ser una máquina entera, para convertirse en tres aparatos individuales —dirigidos por tres pilotos distintos— que pueden combinarse entre sí para formar tres robots diferentes, según las necesidades.
A pesar de ser mucho menos conocida en Occidente. Getter Robo ha sido una obra muy popular en Japón, con secuelas, reinicios y universos alternativos. Su anime más reciente, Getter Robo Arc, se estrenó en 2021.
Gundam: el robot arma
Y llegamos a 1979 y a Mobile Suit Gundam, seguramente la franquicia más famosa, larga e influyente del género de «robots gigantes».
Aquí cambia el concepto: Gundam nace como una máquina de combate. No solo no está destinado a un solo personaje*, sino que ni siquiera es único. Mazinger Z es, bueno, «Mazinger Z»; el Gundam original es el RX-78-2 Gundam (un nombre que recuerda a los de cazas de combate de la época como el Grumman F-14 Tomcat o el Mig-29). La idea final es producirlo en masa —aunque al principio comience con un prototipo—. Y si Iron Man 28 luchaba con sus puños y Mazinger con armas fantásticas (¿cómo se recarga el fuego de pecho?), el Gundam y sus adversarios emplean munición y combustible «reales», que se cargan y desgastan.
A partir del éxito (relativo) de este modo de entender los «mechas», los robots gigantes heroicos prácticamente desaparecen y llegan las máquinas de combate con un toque pseudorrealista, más de ciencia ficción y algo más oscuro. E incluso los enemigos dejan de ser malignos invasores alienígenas, monstruos malignos o civilizaciones perdidas (también malignas) para ser naciones «normales», con otros humanos en sus filas, con más ideas aparte de sembrar el mal y la destrucción.
Otras series seguirían esta nueva tendencia, como Macross, Dougram, Armored Troopers Votoms… la lista es casi interminable.
* (es algo que puede cambiar en otros universos de Gundam)
Evangelion: más allá del robot
En 1995, el género de robots gigantes está en horas bajas. Llevamos más de 30 años desde que llegó Mazinger Z y parece estar todo inventado y hecho. Y es entonces cuando llega a la revolución y no solo para los robots
Neon Génesis Evangelion de Gainax empezó como una serie de mechas con personajes poco habituales y temas filosóficos y psicológicos. Pero el diseño de las máquinas era muy distinto a lo que se había estado viendo: eran menos mecánicos, más orgánicos, capaces de hacer cosas que una máquina de combate no podía hacer. Y pronto la misma serie nos dio la explicación: los Evangelion no eran máquinas en absoluto*.
En el fondo, Evangelion es un regreso a Mazinger; vuelve la unión única entre máquina y piloto; la palabra clave es «sincronización» y no todo el mundo puede ponerse a los mandos. La ciencia ficción sigue ahí, pero entra la psicología e incluso la mística.
Se puede decir que a partir de Evangelion saltan las barreras del género; los «mechas» pueden funcionar con magia (que ya habíamos visto en Escaflowne o Rayearth), pueden ser combinaciones tecnoorgánicas, gólems hechos de barro (RahXephon) o piedra (Break Blade) o incluso mechas que se manifiestan por el poder de la convicción de sus pilotos (Back Arrow).
* (aún no tenemos muy claro del todo qué son; de hecho, puede que tampoco lo tenga claro ni Hideaki Anno)
Y hasta aquí, los cinco iconos del género de «robots gigantes»; uno que se puede decir que ha marcado la historia del manganime (imaginemos los 70 sin Mazinger Z y sin sus «puños fuera»). Por supuesto, ha habido decenas de series e historias, pero si creéis que nos hemos dejado alguno, avisadnos y si se puede, sacaremos una segunda parte de este artículo.