Fantasía Heroica Made in Spain
Netflix estrena Memorias de Idhún, así que parece un buen momento para recordar la base, el origen de todo: la trilogía de libros.
Cuando nací, los dioses me bendijeron/maldijeron con una desaforada pasión por la lectura, así que desde muy jovencito he ido devorando todo lo que caía en mis manos. Empecé con tebeos, pero a los 8-9 años di el salto a los libros. Me gustan especialmente la ciencia ficción y la fantasía heroica, así que en mi biblioteca es fácil encontrar primeras ediciones de la saga Dragonlance, la edición del círculo de lectores de El Señor de los Anillos y Fundación… Vamos, toda una vasta y variopinta colección que a lo largo de los años he ido acumulando (y leyendo).
Tanta, que llegado un momento los libros empezaron a dejar de resultarme un mundo maravilloso. Conforme fui ganando lecturas y criterio, algunas historias comenzaron a parecerme repetitivas, escasas, o directamente malas.
Así, he de admitir que las últimas sagas de libros “juveniles” me han parecido bastante pobres. El corredor del laberinto no debió pasar del primer libro. Los juegos del hambre se salva porque el tercer libro es casi un calco del primero. Divergente te hace desear que la protagonista sea torturada, quemada viva, asesinada y vuelta a torturar desde el segundo capítulo. Y la lectura de Crepúsculo debería contar como «crimen contra la humanidad» por la Convención de Ginebra.
Antes que estas sagas, sin embargo, leí Memorias de Idhún. Y me gustó.
Como trilogía hay que admitir que es un pelín larga, el último libro (en la edición de tapa dura, la que sólo tiene tres volúmenes, porque la de tapa blanda está dividida en seis) ya se te empieza a resistir un poco, pero hasta entonces está bastante conseguida y te hace devorar las páginas. Tiene un poco de todo lo que cabría esperar: una trama que evoluciona de forma coherente, seres clásicos, seres inventados por la autora, acción, amor (el típico triángulo amoroso que toda saga escrita por una mujer parece obligado a tener, con el bueno que está bien pero “no sé no me acaba de convencer” y el malote que es muy chungo y muy peligroso pero que pone a mil a la prota; aunque, como digo, está llevado de manera que se puede sobrellevar sin llegar a sentir nauseas como en otras sagas famosas), secundarios no demasiado planos, alguna que otra muerte, casualidades muy casuales, y mi favorita, un tratamiento de los dioses que personalmente vi bastante original e interesante.
Así, no es de extrañar que esta obra de Laura Gallego se haya reimprimido varias veces en distintas versiones, que haya tenido versión en cómic, y que ahora llegue en forma de animación (no exenta de polémica debido al doblaje, con declaración de la propia autora diciendo que ella no se imaginó las voces de sus personajes así, pero esa es otra historia y será contada en otro momento (concretamente aquí).
Llega el momento clave, pues. Si quieres hacerte una idea de cómo es ese fantástico mundo, lee sin falta los libros para ser tú quien dé forma a personajes y situaciones, para luego poder comparar (los libros son fácilmente encontrables, tanto nuevos como de segunda mano). Si no, pues directamente ve la serie, ya que si es fiel al libro, desde luego resultará interesante.
